ETERNO RETORNO

Estas historias son como lanitas sueltas que la nona va ovillando en un bollito y una vez que adquiere volumen, las va desovillando para hacer algo con todas como si fueran una sola cosa. Así son estas narraciones, dichos, frases sueltas, conjeturas patinadas por una memoria tenue que -a veces- toman forma en la mano de quien las intenta reunir.

sábado, 30 de enero de 2016

Los casos de Leo. Caso VI Escena 1 Luján

La mañanita de verano había transcurrido tensa en la oficina de Investigaciones, especialmente por la relativa escasez de trabajo. Los acontecimientos en el frustrado domingo de rélax solo lograron que los momentos de reunión del equipo se transformasen en interminables sesiones de torvas miradas entre el Principal Esteban Anón y el equipo del intrépido detective Leo Damier
Los surcos en el rostro que la novata Inés Perta le propinó en un intento por propasarse eran gritos recordando a todos ese momento. Damier, haciéndose cargo de su responsabilidad por ser el líder del grupo decidió romper el hielo:
- ¿Hacemos un truquito en la horita de descanso?
- Nele, jefe, ero no iero njugar en areja on Evin...
- ¿Por qué, Ignacio?
- La úntima vez e le nguiñé un ojo me ntiró un mesito...
- Habló el Cromagnon... Si tenía un dos, ¿qué otra seña querías?
- Bueno, basta de peleas de chicos, ¿se prenden o no?
- Jefecito, falta uno... ¿Le decimos al Principal que juegue?
- Zi no eda odra...
- Señor Principal, ¿se prende a un truquito?
- Estemmm, no corresp... ejem, cof, cof... ¿tiramos los reyes?
- Bien. Acá vamos...

Culminada la ceremonia por la que se determina según el azar la formación de las parejas rivales...
- ¡Ufa, e doca on el jefe, ziempre npierde..!
- Calla asno, el Principal y Kevin serán rivales de temer, te necesito concentrado. Como verás, el truco es un excelente entrenamiento para un equipo de investigaciones como el nuestro: hay que sopesar los menores indicios, una sonrisa a media boca, un breve latido de párpado, una palabra a medio decir revelan -para la mente despierta- lo que ocultan nos reveses de los naipes y...
- Al Brinzipal ze le nota en la ncara e ligó...
- ¡Ja! Y ligó lindo, esta vez estoy con vos, pitecantropus...
- Basta ya, guanacos, ¿quieren que nos despidan?
- ¡Falta envido, jefecito!
- ¡Quiero! ¡Veintinueve!
- ¡Nya lo meo menir...!
- ¡Treinta y uno son mejores! ¡Ganamos, mi Principal! Ignacio y el jefecito pagan el almuerzo...
- Jefe... o me nejó ni endrar en calor...
- Imponderables, mi querido Ignacio. ¿Has leído sobre Heisenberg y la mecánica cuántica?
- Zí.
- ¿Y sobre el experimento de Schroedinger?
- Omnio.
- Bien, aquí hay gato encerrado.
- Mor e no se ma a cagar, jefe...
- ¡Revancha! ¡Mi asistente y yo clamamos por una digna revancha! ¡Mi reino por un caballo... y el siete y el as de espadas!
- Nada de eso, Damier, acaba de llegarme un e-mail... Tienen trabajo.
- ¡Uf! Sí, mi Principal, dígame.
- Pase a mi despacho, será en privado.

Al rato, Leo y su incondicional Ignacio de Santa María se desplazan raudamente hacia Luján con el Peugeot 505 modelo 94 penosamente restaurado después del accidente en la Ruta 2...
- Jefe, ¿uándo ma a ambiar ezda catramina?
- Cuando me asciendan.
- Nziga martizipando...
- Ya lo creo. Bien, hablemos de este caso. Vamos a la Basílica de Luján.
- ¿Ma a medirle a la mirgenzita e le ayude a nganar el quinizeis ara camiar el carromato?
- No, caracú, hubo un crimen. 
- ¿Do hay bolizía allí?
- Sí, pero como siempre, cuando hay cabos sueltos nos llaman; eso sí, informalmente, claro...
- ¿Magan horaz exdraz?
- Por supuesto... que no. Ya conocés al Principal, es más agarrado que mugre de talón.
- Do me busta eze Brinzipal. Me mareze un iejo zorete.
- Peor que eso, querido Ignacio, pero es el que manda, qué le vamos a hacer. No me puedo sacar de la mente que se quiso propasar con Inés.
- ¿Y lo de las dorre Le Garc? Dos hizo zoltar a dodos los zozpechozoz nel cazo del zordo...
- Tenés razón. Pero no podemos hacer nada. Vamos a lo nuestro. Hay un muerto.
- Lo zozpeché nezne un brinzipio...
- Pero este no es un muerto cualquiera. Es una muerta. La famosa escritora Laura Ña, más conocida por no dar notas a la prensa que por la calidad de sus escritos, y...
- Al nrevéz de Andahazi...
- Estemmm, sí, pero nadie hizo justicia con ese... todavía.
- Ah, y noz llaman borque ez famoza...
- No, por algunas circunstancias extrañas en el crimen, que los investigadores no lograron desentrañar. Y... porque no hay sospechosos.
- Ah, e mien... ¿Mor nónde embezamoz?
- Por el padre rector de la Basílica.
- ¿É iene e ver?
- Al parecer los únicos lugares en donde estuvo Laura Ña en su estadía en Luján fueron la Basílica y el Colegio Marista, no hay otras noticias. En la Basílica la recibió el nuevo rector. 
- Ajajá, ¿duevo? Adoto ezo...
- Bien, mi estimado Ignacio, vamos aprendiendo. Ah, como no es una misión oficial tendremos identidades falsas. Mira en la guantera, están nuestras credenciales de abogados de Laura Ña. Las hizo confeccionar para la ocasión el Principal por el especialista Erasmo Lesto.
- Mero, jefe, zon un boco chotaz...
- ¿Chotas? ¿por?
- Jajajajaj, do puedo nezirlas...
- A ver, dame esos papeles. ¡Lo voy a matar a ese zanguango de Erasmo, seguro que se le ocurrieron a él estos nombres! A mí me hizo poner Rosamel Trozzo y a vos Benito Camesta... ¡Ya lo voy a agarrar!
- Jajajaj, jefe, ne tengo e dezir noctor Rozamel ahora.
- Sí, vos Benito Camesta...

 En el imponente atrio, Leo e Ignacio se sienten pequeños y miserables ante la imponencia de la Basílica.
- Buenas tardes, bienvenidos a la Basílica de Luján.
- Somos los doctores Trozzo y Camesta, abogados de la desgraciada escritora Laura Ña. Necesitamos hablar con el padre rector.
- ¡Oh, que infausta situación en que nos ha colocado el hado divino!
- Bara mí e ncrema nruza...
- Calla, tonto...
- Sabe el cielo de nuestras oraciones por el alma de esa, ejem, hereje escritora fallecida. Se ha ensañado Satanás con nuestro sagrado espacio y...
- ¿Está el padre rector o va a seguir con el sermón?
- Oh, cielos, disculpe mi arrebato serafínico me ha arrebolado en un extático...
- Jefe, me canzó... ¿lo azoto?
- Shhh, no te deschaves.
- El nuevo padre rector se ha ausentado por un momento. ¿En qué puedo servirles? Dado que el servicio al prójimo es la misión que el Señ...
- En nada. Lo esperamos, no debe tardar supongo.
- Si tienen dos o tres semanas de tiempo pueden esperarlo. Ha ido a un retiro espiritual en Hawaii...
- Nindo nretirito, jefe, mamos a endrevizdarlo allá...
- Quizás pueda ayudarnos usted entonces. ¿Es quien está a cargo?
- Oh, el padre rector me ha encomendado esta tarea de la cual soy un indigno reemplazante.
- Bien. ¿Su nombre?
- Soy el padre Dardo Lorelomío. Reemplazo al padre rector hasta su retorno. La divina provid...
- ¿Puede decirme lo que sabe de la muerte de nuestra clienta?
- Oh, lamento no poseer más información que la mínima. Evidentemente me han ocultado cosas para evitar que mi maltrecho espíritu sufra en demasía y...
- ¿Qué sabe?
- Lo que todos. Que murió de nueve flechazos, Dios se apiade de esa alma maldita...
- ¡Glup! ¿Nueve?
- Nueve. Que su cuerpo apareció en una sala del colegio de los Hermanos Maristas, pero que nunca se halló el arco con que lanzaron las malhadadas flechas a pesar de que la policía de investigaciones rastrilló todo el espacio.
- ¿Y zi diraron el arco al nrío Nuján?
- Podría ser, pero sería extraño que no flotase. Igual rastrillaron el río sin resultados. En la sala había unos manuscritos en borrador que evidentemente la enviciada escritora estaba transcribiendo en su computadora portátil.
- El manuscrito, ¿era de su puño y letra?
- Pregunta cosas que solamente los ángeles conocen y... tal vez...
- ¿Tal vez?
- Tal vez el director espiritual del colegio, que fue quien la alojó.
- Bien, eso es todo por ahora. Ignac... estemmm, cof, cof, doctor Camesta... vayamos al colegio antes de que se haga de noche. Una última pregunta, padre Dardo, ¿por qué se refiere a Laura Ña como hereje, enviciada, alma maldita..?
- Los secretos de confesión quedan entre el Señor, la finada y yo. Buenas tardes.
¡Slam!

[continuará]

Nota: Este es un pequeño y escaso homenaje a un escritor y periodista madrileño pero asociado al país vasco Rafael Castellano de la Puente -quien con el seudónimo de Rafael Castleman escribió entre otros lugares en la mitológica revista Cacumen-, un verdadero maestro. En Cacumen presentaba los enigmas criminológicos, el primero de ellos Nueve flechazos asirios es la fuente básica de este choreo admirado que aquí presento.

8 comentarios:

  1. Intrigante historia. No me imagino para donde va a salir. Noto que no aparece Ines Perta- ¿El principal se estará tomando una revancha, suspendiendola o algo así? ¿O la novata policía estará protegiendo a su primita para que no le pase nada letal?

    Buen comienzo.

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    1. Sí, salió un poco mínima. Veremos si ingresan más personajes. Me está costando armar los diálogos entre varios sin acotaciones.
      Abrazo

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  2. No me parece mínima. Escribiste bastante, y como introducción está perfecto. Ya estoy intrigado por dónde puede llegar a decantar el asunto.
    ¡El nombre del padre es excelente!
    Y desconozco a Rafael Castellano y la revista Cacumen, lo tendré en cuenta a partir de ahora.

    Abrazo de ataque con seis jugadores Oso!

    PD: Fui a ver Les Luthiers, muy recomendable la antología que hacen. Si bien se nota la ausencia de Rabinovich es fuerte, los dos que lo reemplazan lo hacen perfecto.

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    1. La revista Cacumen salió allá por fines de los 80 o principios de los 90, no recuerdo bien. Era una especie de "Juegos para gente de mente", pero con mucha elaboración y textos con análisis diversos muy buenos. La mitad de los columnistas eran argentinos.
      Las compré hasta que se fundió, pero ya no las tengo. Encontré algunas por internet.
      Les Luthiers, no los imagino sin Daniel, pero por supus si puedo vuelvo a verlos.
      Abrazo agresivo!

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  3. Muy bueno, entre de cabeza, es interesante. Oso,no es chorreo cuando se avisa y los nombres de los supuestos abogados y el del que hizo las identificaciones son muy finos y sutiles. espero la próxima entrada.

    mariarosa

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    1. Ja, sí, aclaré que es por admiración que tomé una idea muy linda (para mí). Veremos qué sale!
      Besos

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  4. “…Estemmm, sí, pero nadie hizo justicia con ese... todavía.”
    Excelente.

    Bien, otro nuevo caso para esta dupla estupenda (que buenos los nombres falsos, todavía me río del Rosamel ...) Pinta muy interesante el asunto, muerte de nueve flechazos, wow ahí hubo saña, me hizo acodar del pobre San Sebastián.
    Besoabrazo amigo Oso y quedo a la espera del próximo capítulo.

    REM

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  5. Ja! ¡Una pequeña zancadilla según mis preferencias lectoriles!

    A Laura le fue un poco peor que a San Sebastián, al menos con las flechas, jajaj...
    Beso, estimada!

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